Empiezo a ser yo.
Empiezo a ser yo cuando me muestro ante ti sin miedo a que me juzgues, cuando dejo de esconderme de mis propios miedos, de mi propia oscuridad.
Empiezo a ser yo cuando me quito el disfraz de víctima, cuando dejo de reprocharme y lamentarme buscando un culpable. Cuando empiezo a amar lo que siempre he odiado, cuando empiezo a abrazar a lo que siempre he rechazado.
Empiezo a ser yo cuando observo, contemplo y veo la belleza, cuando me miro en el espejo y veo lo que no me gusta y también lo acepto porque forma parte de mí.
Empiezo a ser yo cuando digo te amo sin avergonzarme, cuando comprendo tu historia sin reprocharte. Cuando digo lo siento si te herí con mis palabras, esa no era yo, hablaba mi rabia.
Empiezo a ser yo cuando camino con firmeza aun sintiéndome perdida, sin saber a dónde ir. Cuando encuentro el sentido a mi existencia recogiendo en mi camino lo que me ofrece la vida.
Empiezo a ser yo cuando reconozco a Dios en mí, cuando me convierto en el creador de mi propia realidad sabiendo quien soy. Cuando descubro que sólo hay una verdad, la verdad que vibra en mí, cuando dejo de dudar, cuando empiezo a creer en mí.
Empiezo a ser yo cuando mi corazón y el de la madre tierra se convierte en el mismo cuando permito que una flor siga siendo su belleza.
Empiezo a ser yo cuando observo, contemplo y veo la belleza, cuando me miro en el espejo y veo lo que no me gusta y también lo acepto porque forma parte de mí.
Empiezo a ser yo cuando digo te amo sin avergonzarme, cuando comprendo tu historia sin reprocharte. Cuando digo lo siento si te herí con mis palabras, esa no era yo, hablaba mi rabia.
Empiezo a ser yo cuando camino con firmeza aun sintiéndome perdida, sin saber a dónde ir. Cuando encuentro el sentido a mi existencia recogiendo en mi camino lo que me ofrece la vida.
Empiezo a ser yo cuando reconozco a Dios en mí, cuando me convierto en el creador de mi propia realidad sabiendo quien soy. Cuando descubro que sólo hay una verdad, la verdad que vibra en mí, cuando dejo de dudar, cuando empiezo a creer en mí.
Empiezo a ser yo cuando mi corazón y el de la madre tierra se convierte en el mismo cuando permito que una flor siga siendo su belleza.
Empiezo a ser yo cuadno me permito expresar lo que siento, cuando descubro con sorpresa que ya te he perdonado a pesar de todo el daño que me hiciste y que seguro tú ya has olvidado.
Empiezo a ser yo cuando paro mi mente, cuando paro mis pensamientos, cuando entro en mí, cuando entro en mi silencio.

Cuando me hice la pregunta ¿qué me impide ser yo? Me di cuanta que sólo había dos cosas que me lo impedían: mis emociones, en concreto, mis miedos y mis creencias. Me di cuenta que estuve viviendo mucho tiempo mi vida sin ser yo quién la dirigía. Algo o alguien la dirigía por mí y no había sido consciente hasta ese momento de ello.

No me digas lo que hago mal, dime cómo puedo mejorarlo. Quizás tú estés viendo esa forma diferente de hacerlo y quizás yo todavía no. Enséñame a ver lo que tú ves pero no te enfades conmigo si todavía no lo veo… quizás tenga miedo a ver por haber visto cosas que me asustaron en su momento.
No te calles cuando algo te molesta porque tu silencio no me ayuda, sólo me confunde más y hace que imagine, que suponga, que interprete cosas que seguramente no sean como son en realidad. Ayúdame a ayudarte cuando necesites protección en lugar de esconderte detrás de tu coraza que me aleja de ti y no logro ver lo que escondes porque tienes miedo a que te hiera.
Mírame a los ojos, me gusta descubrir quien eres, reconocerte y aunque no seamos del mismo linaje quiero que me respetes lo mismo que yo hago contigo. Quizás yo no te guste como quizás no me gustes tú a mi y eso no tiene que llevarnos a rechazarnos ni a generar esas energías negativas que tanto gustan a “otros” y de las cuales se alimentan y se nutren. Sólo te pido