Por May Ros 7 de junio de 2020
Empiezo a ser yo cuando me muestro ante ti sin miedo a que me juzgues, cuando dejo de esconderme de mis propios miedos, de mi propia oscuridad. Empiezo a ser yo cuando me quito el disfraz de víctima, cuando dejo de reprocharme y lamentarme buscando un culpable. Cuando empiezo a amar lo que siempre he odiado, cuando empiezo a abrazar a lo que siempre he rechazado. Empiezo a ser yo cuando observo, contemplo y veo la belleza, cuando me miro en el espejo y veo lo que no me gusta y también lo acepto porque forma parte de mí. Empiezo a ser yo cuando digo te amo sin avergonzarme, cuando comprendo tu historia sin reprocharte. Cuando digo lo siento si te herí con mis palabras, esa no era yo, hablaba mi rabia. Empiezo a ser yo cuando camino con firmeza aun sintiéndome perdida, sin saber a dónde ir. Cuando encuentro el sentido a mi existencia recogiendo en mi camino lo que me ofrece la vida. Empiezo a ser yo cuando reconozco a Dios en mí, cuando me convierto en el creador de mi propia realidad sabiendo quien soy. Cua
Por May Ros 6 de junio de 2020
No me digas lo que hago mal, dime cómo puedo mejorarlo. Quizás tú estés viendo esa forma diferente de hacerlo y quizás yo todavía no. Enséñame a ver lo que tú ves pero no te enfades conmigo si todavía no lo veo… quizás tenga miedo a ver por haber visto cosas que me asustaron en su momento. No te calles cuando algo te molesta porque tu silencio no me ayuda, sólo me confunde más y hace que imagine, que suponga, que interprete cosas que seguramente no sean como son en realidad. Ayúdame a ayudarte cuando necesites protección en lugar de esconderte detrás de tu coraza que me aleja de ti y no logro ver lo que escondes porque tienes miedo a que te hiera. Mírame a los ojos, me gusta descubrir quien eres, reconocerte y aunque no seamos del mismo linaje quiero que me respetes lo mismo que yo hago contigo. Quizás yo no te guste como quizás no me gustes tú a mi y eso no tiene que llevarnos a rechazarnos ni a generar esas energías negativas que tanto gustan a “otros” y de las cuales se alimentan y se nutren. Sólo te pido
Show More

¿Qué te impide ser tú?

Cuando me hice la pregunta ¿qué me impide ser yo? Me di cuanta que sólo había dos cosas que me lo impedían: mis emociones, en concreto, mis miedos y mis creencias. Me di cuenta que estuve viviendo mucho tiempo mi vida sin ser yo quién la dirigía. Algo o alguien la dirigía por mí y no había sido consciente hasta ese momento de ello.

Y seguía creciendo y mis miedos alimentaban mi mente sin poder detener los pensamientos y no aprendía. Nadie me enseñó a hacerlo. Y seguía en un bucle sin retorno, repitiendo la misma historia una y otra vez, con diferentes personajes, en diferentes momentos de mi historia, en diferentes escenarios sin ser consciente de mis miedos hasta que empecé a hacerme preguntas como ¿qué quiero yo? ¿qué siento? ¿quién soy?  Me di cuenta de que esas respuestas estaban en mi interior, esa parte de mí que tanto me conocía, esa parte de mí que me acompañaba cuando me sentía sola, esa parte de mí que me escuchaba cuando nadie lo hacía, que me animaba a encontrar el sentido a mi existencia, esa parte de mí que ni siquiera tenía nombre y yo le llamé consciencia y encontré la forma de comunicarme con ella entrando en estados de relajación cada vez más profundos donde mis pensamientos se alejaban, donde mi mente se aquietaba, donde sólo había silencio, donde no había nada y existía todo a la vez, donde mi cuerpo físico llegaba a desaparecer convirtiéndome en un punto en el infinito. En ese estado, yo solo sentía lo que estaba pasando, ni si quiera tenía la necesidad de entenderlo porque no pensaba, sólo lo hacía, sólo estaba. Era el único momento donde me sentía yo, donde sentía paz, donde sentía conexión conmigo y con el Todo. A medida que me comunicaba con ella, cada día, cada noche, iba encontrando las respuestas a mis preguntas, hasta que llegó un día  que sin saber porqué dejé de preguntar. Todo estaba claro ya no tenía la necesidad de saber, sólo de seguir viviendo la magia de la vida. Todo era perfecto y todas mis experiencias, necesarias. A partir de ese momento, sólo dejé que las cosas sucedieran, sin expectativas, sin pretensiones, sin obsesiones. Empecé a salir de ese mundo ilusorio creado por mi mente y alimentado por mis miedos y a vivir mi propia verdad.

Entendí que vivimos en un mundo movido por el miedo y que vibrando en el miedo no puede haber consciencia, no puede haber esa comunión contigo mismo, con tu propio Dios. Que de nada sirve creer en algo externo cuando ni siquiera crees en ti. Intentamos conectar hacia fuera en lugar de conectar hacia dentro.

¿Qué es lo que me impedía a mí ser yo? Todos mis recuerdos con emociones asociadas que seguían ahí condicionando mi presente, atándome a un pasado, impidiendo que viviera mi presente, lo que verdaderamente importa. Me lo impedían también mis miedos que no me permitían entrar en mí por miedo a descubrir todo lo que había en mí, ahí enterrado y olvidado. Todos mis miedos que me aislaban del mundo, por miedo a que mi hicieran daño, por miedo a hacerles daño también. Todos mis miedos, a la soledad, al vacío, a que no me comprendieran… Entendí que  ese vacío precisamente es el que tenía que llenar con mi propio amor, con mi propia luz, honrando mi vida. Lo que me impedía ser yo eran todos esos miedos que no me dejaban avanzar con firmeza, que me impedían recoger todo lo que me brindaba la vida.

Cuando liberé esos miedos, cuando descubrí mis creencias y rompí las que no me servían. Cuando empecé a parar mis pensamientos, entré en mí y descubrí  que no habrá en el mundo nadie que me ame más que yo a mi misma, que no habrá un lugar donde encontrar esa paz que tanto anhelaba, salvo en mi misma. Que no habrá nadie que responda a mis preguntas porque nadie mejor que yo misma se conoce.

Y de esa forma conecté con el amor, con la paz y con el equilibrio. Liberando lo que me impedía ser yo misma entendí que el sufrimiento es el que hace enfermar y el miedo el que impide avanzar.

Me pregunto cómo sería la vida, nuestra vida, si cada uno de nosotros pudiésemos experimentar esa conexión con nosotros mismos. Cada uno con su consciencia. Saliendo del miedo y viviendo la vida sin sufrimiento.

Y ahora te pregunto: y a ti ¿qué te impide ser tú?

En este taller vivencial quiero compartir contigo lo que yo aprendí durante este proceso para que puedas descubrir quién eres una vez que sueltes todos tus miedos.

En este curso podrás aprender que tu mente se llega a convertir en tu peor enemigo cuando la dejas a la deriva. Que la mente es el barco y tú el capitán que tiene que tomar el timón poniendo rumbo a su destino. Podrás aprender, si tú quieres, a manejar tu mente, a liberarte de lo que ya no necesitas aunque te cueste trabajo creerlo.

Podrás empezar a sentirte y desde ese sentimiento expresar sin miedo. Podrás mirarte al espejo, a ese espejo mágico para poder ver tus sombras, esa parte de ti que no te gusta y que rechazas y podrás también abrazarla liberándote de lo que todavía te ata.


Podrás aprender a tomar decisiones, a elegir, a determinar, siendo auténtico, siendo tú mismo.

Podrás explorar tu pasado sacando a la luz lo que llevas mucho tiempo enterrando consciente o inconscientemente. Podrás liberar ese miedo a volver a sufrir porque te darás cuenta que sufres más manteniéndolo acallado y resistiéndote a ello. Podrás encontrar el origen a tus problemas, liberando, entendiendo y aceptando.

Y ahora te pregunto, ¿y a ti, qué te impide ser tu?

Por May Ros 7 de junio de 2020
Empiezo a ser yo cuando me muestro ante ti sin miedo a que me juzgues, cuando dejo de esconderme de mis propios miedos, de mi propia oscuridad. Empiezo a ser yo cuando me quito el disfraz de víctima, cuando dejo de reprocharme y lamentarme buscando un culpable. Cuando empiezo a amar lo que siempre he odiado, cuando empiezo a abrazar a lo que siempre he rechazado. Empiezo a ser yo cuando observo, contemplo y veo la belleza, cuando me miro en el espejo y veo lo que no me gusta y también lo acepto porque forma parte de mí. Empiezo a ser yo cuando digo te amo sin avergonzarme, cuando comprendo tu historia sin reprocharte. Cuando digo lo siento si te herí con mis palabras, esa no era yo, hablaba mi rabia. Empiezo a ser yo cuando camino con firmeza aun sintiéndome perdida, sin saber a dónde ir. Cuando encuentro el sentido a mi existencia recogiendo en mi camino lo que me ofrece la vida. Empiezo a ser yo cuando reconozco a Dios en mí, cuando me convierto en el creador de mi propia realidad sabiendo quien soy. Cua
Por May Ros 6 de junio de 2020
No me digas lo que hago mal, dime cómo puedo mejorarlo. Quizás tú estés viendo esa forma diferente de hacerlo y quizás yo todavía no. Enséñame a ver lo que tú ves pero no te enfades conmigo si todavía no lo veo… quizás tenga miedo a ver por haber visto cosas que me asustaron en su momento. No te calles cuando algo te molesta porque tu silencio no me ayuda, sólo me confunde más y hace que imagine, que suponga, que interprete cosas que seguramente no sean como son en realidad. Ayúdame a ayudarte cuando necesites protección en lugar de esconderte detrás de tu coraza que me aleja de ti y no logro ver lo que escondes porque tienes miedo a que te hiera. Mírame a los ojos, me gusta descubrir quien eres, reconocerte y aunque no seamos del mismo linaje quiero que me respetes lo mismo que yo hago contigo. Quizás yo no te guste como quizás no me gustes tú a mi y eso no tiene que llevarnos a rechazarnos ni a generar esas energías negativas que tanto gustan a “otros” y de las cuales se alimentan y se nutren. Sólo te pido
Show More